martes, 21 de abril de 2015

La supuesta mujer ideal

El otro día andaba por la calle cuando mis ojos se quedaron clavados en el escaparate  de la tienda de ropa de mujer “maje”.El tamaño de las piernas de los maniquís era surrealista ,no llegaban  a superar el de mis brazos .Y con esto me pregunto,¿La publicidad no nos esta acaso poniendo unos modelos a seguir completamente irreales?

Este tema es un tema que me toca mucho la vena puesto que aunque suceda por parte de los dos sexos ,en el de la mujer es mayoritario .Y es que esta publicidad hace mucho daño ,a a día de hoy llamamos gorda a cualquiera ,cierto es que mucho daño  nos lo hacemos entre nosotras pero al fin y al cabo vivimos en una sociedad en la cual por vergonzoso que parezca a una chica que lleve una talla 38 se le denomina gorda .Con esto conseguimos  que muchas adolescentes acaben cayendo en enfermedades como la anorexia o la bulímia .La anorexia es un trastorno de origen neurótico que se caracteriza por un rechazo sistemático de los alimentos y que se observa generalmente en personas jóvenes .Suele ir acompañado de vómitos provocados , adelgazamiento extremo y en el caso de las mujeres desaparición de la menstruación .Las chicas que caen en este tipo de enfermedades suelen ser personas con muchas inseguridades ,a las cuales la sociedad se encarga de alimentar con este tipo de publicidad . En España el año pasado pudimos hallar 80000 casos y hasta 100 muertes . Con esto no quiero decir que la culpa de esto sea únicamente la publicidad ,pero ciertamente si tiene mucho que ver . Podemos dar fe de esto puesto que un estudio de la Universidad de Durham (Reino Unido) dijo que la obsesión de las mujeres por los cuerpos delgados podría cambiar si la publicidad y los medios de comunicación mostraran más modelos de tallas grandes.


En conclusión a día de hoy muchas mujeres tienen como sueño ser delgadas ¿Debería de ser eso un sueño ?Pues obviamente no .Esta situación debería de cambiar radicalmente. La publicidad debería de constar de cuerpos naturales y bonitos no de aquellos que son tan frágiles como un pequeño palo.